jueves, 23 de julio de 2009

"No mueren... nos matan"

Escuché esta canción de Silvio Rodríguez ayer por primera vez, y me pareció que se relacionaba directamente con el leit motiv de este blog: mandar a pasear a alguno de los pensamientos que tengo en la cabeza, para que no se acumulen en estanterías internas que se terminen rompiendo por exceso de peso. Por ahora, las necesito sanas.


¿Adonde van las palabras que no se quedaron?
¿Adonde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y a dónde van?
¿Adonde van?
¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿A dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿Por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí?
¿Adonde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿Adonde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y a dónde van?
¿Adonde van?
¿Adonde va lo común, lo de todos los días?
¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿Adonde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿Adonde va el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿Adonde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y a dónde van?
¿Adonde van?



Ah, y bienvenidos.